Cuando eres mamá te cuesta reconocer cuando tienes problemas con tus hijos, como madre primeriza no sabes qué es normal y terminas justificando todo pensando que cada niño es diferente. Mi hija tuvo problemas de sueño desde que recuerdo, de su año 7 meses sólo dos semanas había logrado dormir toda la noche. Yo le echaba la culpa a los dientes, a la gripa, a la tos, a los cólicos, a la comida, al calor, bueno a todo lo que se me ocurriera.
Leí todos los artículos sobre cómo ayudar al bebé a dormir toda la noche, leí el libro de “Duerme Niño” en el que menciona que se entrena al niño dejándolo llorar y regresar cada ciertos minutos para decirle que estas ahí, que lo amas y que debe dormir. En lo personal, se me hizo muy cruel dejar llorar a Ana Sofi. Además, leí otra teoría que menciona que al dejar llorar a un bebé este segrega una hormona del stress, lo hace sentir abandonado y en realidad deja de llorar porque sabe que no será atendido pero sigue manteniendo altos niveles de stress. Descarte el dejar llorar a mi hija cuando leí que dejarlos llorar puede afectar y hasta disminuir la materia gris de su cerebro.
Después de leer todo esto, lo último que quería era que mi bebé se sintiera triste o peor aún afectar su desarrollo, así que me resigné a levantarme junto con mi esposo a medianoche, a las 3am y a las 6 am durante año 7 meses!!!
La buena noticia es que mi fase de negación pasó a mi fase de aceptación y decidí que quería una vida normal y dormir al menos 8 horas seguidas. Después de que leí el libro “Ayudando a crecer” fue cuando me di cuenta que efectivamente mi hija tenía problemas de sueño pero que podía corregirlo. La técnica que sugiere Ana Serrano es que recuestes al bebé somnoliento para que aprenda a dormirse sólo y en lugar de darle mamila o pecho cada vez que llore le des palmaditas en la espalda o lo acompañes consolándolo.
Por supuesto que Sofi luchó una semana para tener el beneficio de la mamila o pecho. Pero sabía que una semana de agotamiento intenso valía la pena en lugar de futuros años de desvelo.
Todos los libros que lei tenían algo en común, mencionaba que es esencial tener una rutina para que los bebés anticipen cuando es momento de dormir. En mi caso sí existía una rutina pero definitivamente no estaba siendo eficiente. Mi esposo acostumbraba arrullar a Sofi por horas para poder dormirla, sin embargo resultaba agotador aplicar esta rutina cuando llegase a levantarse en las madrugadas. Así que decidimos que el cambio en la rutina era que debíamos dejarla en su cama tomando leche sin mecerla, sin cargarla, esperar a que terminara su leche y salir del cuarto. A pesar de mis miedos, Sofi logró dormirse sola sin llorar.
Esto como todo en la vida es un trabajo en equipo, la ayuda de mi esposo fue fundamental. Durante esta semana si Sofi lloraba en las madrugadas me negaba a darle pecho, en cambio me pasaba a su cuna y la apapachaba, se molestaba mucho pero al final lograba quedarse dormida. Lo más importante es que nunca sentí que abandonaba a mi hija, ella sabía que estaba ahí cerquita, cuidándola.
Hoy escribo esto porque es el primer día en que mi hija durmió 10 horas seguidas, sin llantos, sin lágrimas, sin frustración.
Sin duda, el poder descansar ayuda a la vida familiar y sobre todo a la vida de pareja.
Como mamá, estoy convencida que la intuición y la información son las armas más poderosas para una maternidad plena. Esta experiencia que nos compartes, es muy valiosa, porque Mamis y papis como ustedes, una inspiración para todos nosotros. Gracias!!
Me gustaMe gusta
Hola Sol! Tu eres la definición de super mamá y tienes toda la razón, la intuición es una de las armas más poderosas.
Me gustaMe gusta